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martes, 29 de marzo de 2016

HAIKUS DE LAS CUATRO ESTACIONES En las versiones de Arturo Carrera



HAIKUS
DE LAS CUATRO ESTACIONES
En las versiones de Arturo Carrera

               El haiku, poema brevísimo de diecisiete sílabas distribuidas en tres líneas de cinco, siete y cinco, es una invención japonesa atribuida a su mayor artífice el poeta monje Matsuo Basho (1644-1694), hijo de un samurái al servicio de la familia Todo. Entre sus seguidores, se cuentan los poetas Buson, Issa, Shiki, Kikaku, Taigi, entre otros.
Como escribió Roland Barthes a su regreso de Japón en su bellísimo libro El imperio de los signos, “el haiku reproduce el gesto indicativo del niño pequeño que muestra con el dedo cualquier cosa (el haiku no tiene acepción de sujetos), diciendo tan solo: ¡esto!, ¡mirá allá!, ¡oh!, ¡ah!
Ahora bien, podríamos añadirle la ensoñación del “¿Qué veo?”, puesto que de eso se trata: designar algo que sucede de una vez y para siempre, como en la infancia, con esa rotundez del gesto inicial y el asombro que descarga su afecto: ¡sí!; son las estaciones del año, la melodía del agua, la indeterminación de lo pensado, la mezcla, el matiz de colores, la naturaleza como jaula del grillo… Pero jamás una definición tajante como en Occidente sino la designación levísima, parecida a una borradura (del número en el agua, del gesto en la sonrisa).
Conozco esa ley prosódica de las diecisiete sílabas y puedo entregarme con cierta facilidad al conteo silábico. Sin embargo, en mis versiones de estos haikus elegí alterar esa constricción en nombre de cierta irregularidad interior (pulsional, personal) que a mi juicio desemboca en eso que llamamos “ritmo”.
Si el ritmo tiene corazón, es decir, número, y si ese número es la sílaba, es decir un sonido esperándonos, acechándonos siempre como una adelantada presencia, el haiku es, como la naturaleza misma, un subrepticio eco del sentido. Pero asimismo parece comprender la devoción que podemos llegar a sentir, siquiera una vez más, por la transparencia del mundo. Esa fe, que el poeta y el monje pueden extender, como una gota de óleo diáfano, sobre la tela del instante.
En occidente, el haiku parece un objeto kitsch, una miniatura de yeso, un efecto de niponización que responde, por repetición o mímesis, al logro de toda miniatura: “poseo el mundo tanto más cuanta mayor habilidad tenga para miniaturizarlo”. Pero las leyes de esa miniaturización (del poema, ya que de esas curiosas diecisiete sílabas se trata) no bastan para alcanzar el éxito de una “representación” aunque más no fuera a distancia, teleológica, sometida a la verdad de ese eros de la lejanía. Pero convengamos que el haiku, en occidente, es casi un pequeño artefacto malogrado.
En oriente, por el contrario, sobre todo en los haikus que nos dejaron los poetas de la dinastía de Basho, la aproximación al mundo de índole ético-religiosa, está sometida por preceptos tales como la noción de perduración del pasado en los objetos que se apropia el poema (un casco bruñido bajo el que canta un grillo, por ejemplo), y nos viene a proponer cierta abolición del sentido, a decirnos que cada nombre es el depósito de una realidad misteriosa contra la cual no prevalece la experiencia de la nada.
Por eso toda traducción de haikus o el intento de importarlos a occidente resulta un fracaso. Y por eso ante todo, lector occidental, mis disculpas por lo que sigue. Traduje del francés. No respeté las diecisiete sílabas del haiku. Nunca dibujé con pincel un ideograma. Pero además, llegué a pensar que descreo del haiku en su mención occidental, que no deberíamos sostener esas diecisiete silabas ni el orden cinco-siete-cinco de las mismas sino más bien los sonidos, armonías, murmullos, precisiones – de la vista y del oído, del corazón y los pulmones -, ciertas, inciertas vocecitas de la respiración ante la arbitrariedad de unas formas o signos que en la lengua japonesa respondieron a una idea, a un pequeño dibujo con pincel y tinta sobre un papel casi absorbente que sin arbitrio reflejaba, no solo las cosas  y su sentido sino la música o pasión que alguien experimentaba por las cosas y su sentido.
En el impulso de mi traducción, perduró la idea de que traduzco lo que no quiero, lo que no debo, y el resultado es el mismo que cuando cuento un sueño: hablo de una noticia que obtuve de mí mismo pero en anamorfosis, deformada, sostenida o entregada bajo un sospechoso molde espiritual. Y me pregunto con Yves Bonnefoy: “¿Cuánto deberíamos abandonar de eso que somos, qué colores, qué trazo que vibra de otro modo, qué derrame de claridad sobre la negrura, del sueño en la existencia despierta, para traducir un haiku, traducirlo verdaderamente, no solamente en nuestro pensamiento sino en nuestras vidas?”.
De ahí este librito, este atrevimiento. Un ejercicio de mi atención. Instantes de lectura y de dominio de un alfabeto misterioso de mis sentidos –es decir, de la sensación. Esa parece ser la prueba, la tarea de esperanza a la que nos somete la pequeñez y el rigor del haiku, al punto de descreer del mismo como experiencia estética y dudar de su cumplimiento formal para resolver su potencia como la de “algo” final, una experiencia de lo ético-último, del riesgo absoluto, del abismo.
Ojalá lleguen a gustarles. Son universos per también, intervalos de universos, como todo poema. Algo entreabierto en la conciencia de nuestra naturaleza, en nuestro inconsciente y en nuestro destino. Como las 4 estaciones del año (y como las estaciones de pronto perdidas, alejadas, soñadas, del ferrocarril) estos universos tienen una regularidad, nos cuentan un cuento extraño, nos mecen con su pretendido anómalo ritornelo, y llegan a un lugar, parten de otros lugares –de la memoria, de lo viviente, de una humanidad (como en la de cada espantapájaro en los haikus que traduje) por el momento perdida.

Arturo Carrera
Quiñihual, 2013














PRIMAVERA






















Un mundo de dolor y de pena
aun cuando los cerezos
están en flor
Issa



Es la mañana
de Año Nuevo –pienso también
              en la edad de los dioses
Moritake



La Gran Mañana –
viento del fondo de las edades
sopla a través de los pinos
Onitsura



Primer amanecer –
hay una nube
            como una nube en un cuadro
Shusai

El humo
       dibuja ahora
                  el primer cielo del año
Issa



¡Ah poder ser
                    un niño
   el día de Año Nuevo!
Issa



Hasta mi mujer
tiene un aire de visita
                 esta mañana de primavera
Iso



Amanecer del Nuevo Año-
el día de ayer
                   ¡qué lejos está!
Ichiku

Hielo y agua
        resueltas sus diferencias
                 de nuevo son amigas
Teishitsu



Aquí agua
   y allá agua
                las agua de la primavera
Onitsura



¿Es l primavera?
la colina sin nombre
      está perdida en la bruma
Basho



Me di vuelta
y el hombre que me cruzó
            se había perdido en la bruma
Shiki

Ignorando
de que el sitio es ilustre
            un hombre desmaleza el campo
Shiki



Trabajo en los campos –
      la nube que no se movía nunca
                    se fué
Buson



En el agua que bebo
brilla el comienzo
                 de la primavera
Ringai



Todos los nombres
      arduos, difíciles
             de las hierbas locas de la primavera
Shado

Fiesta de las flores-
         pasea con su madre
                           un niño ciego
Kikaku



Cuando la mariposa desapareció
                              me volvió el alma
                   al cuerpo
Wafu



Los amores del gato
      indiferente incluso al arroz
               pegado en sus bigotes
Taigi



Cuando uno es viejo
                                     hasta los días más largos
         son motivo de lágrimas
Issa


Ruido de alguien
    soplándose los mocos con los dedos-         
            y los ciruelos estallan en flor
Basho



El niño boquiabierto que contempla
       las flores que caen
                     es buda
Kubutsu



En toda la tarde un ruido
        el de la caída
                de las flores blancas de la camelia
Ranko



Con cada pétalo que cae
     las ramas del ciruelo
                     envejecen
Buson

El monje enfermo
                          limpia el jardín-
            durazneros en plena flor
Sora



Como si nada pasara
la corneja
                   y el sauce
Issa



A cada golpe de viento
                  la mariposa en el sauce
           cambia de lugar
Basho



Dormida
         sobre la campana del templo
                  la mariposa
Buson

La mariposa revolotea-
            yo mismo me siento
                          una criatura de polvo
Issa



Nuestro canario se escapó
      el día de la primavera
               toca su fin
Shiki



Ven a jugar conmigo
     gorrión
         huerfanito
Issa



Sostiene un partido
            de miradas conmigo
                        la rana
Issa

Sin mucho cuidado
      atraviesa mi puerta
              la rana
Issa



Tiene un aire despojado
   cuando nada
        la rana
Buson

La rana flota
       por la fuerza
              de su desapego
Joso




El viejo estanque-
una ranita rasga
          la ranura del agua
Basho

El sauce
    ondula sonriéndole
                a la puerta
Issa



Al estornudar
   perdí de vista
              a la alondra
Yayu



La alondra
     se esconde
           en la extensión del cielo azul
Rikuto



El sol poniente
se demora en la cola
                        del faisán dorado
Buson


La golondrina
                  dio una voltereta
       ¿qué se olvidó?
Otsuyu



Un gorrión agotado
   en medio
         de un grupo de niños
Issa



Yo volvía
furioso, ofendido-
   ¡el sauce en el jardín!
Ryota



Las flores del cerezo cayeron
                  nuestro espíritu ahora
           quedó en paz
Koyu-ni

Ausentes las flores del ciruelo
      ¡cómo está de solitario
                  el sauce!
Buson



En las flores tardías del cerezo
       la primavera que se va
                                               vacila
Buson



Las flores del cerezo
que tanto me fascinaban
               desaparecieron de la tierra
Issa



Caídas las flores del cerezo
el templo pertenece
                    a las ramas
Buson

El mugido de la vaca
        en el establo
           bajo la luna con velo
Shiki



Temblando en las hierbas
de los campos
              se va la primavera
Issa














VERANO























El vendedor de abanicos
pasea su carga de viento-
     ¡el calor!
Kako



Pobre pobre
la más pobre de las provincias
¡pero sientan qué frescura!
Issa



Brisa ligera-
la sombra de la glicina
          tiembla apenas
Basho



La luna a medianoche-
una bola
              de frescura
Teishitsu

El sonido de la campana
cuando abandona la campana
             ¡Frescura!
Basho



Mi vida-
¿Cuánto me queda de ella todavía?
        la noche es corta
Shiki



Tocada por el hilo
de la caña de pescar
             la luna de verano
Chiyo-ni



Aguacero de verano
la mujer solitaria
                sueña en la ventana
Kikaku

Una borrasca-
los blancos papeles del pupitre
       se volaron todos
Buson



Sobre el puente colgante
en desorden
           los trazos de la lluvia fresca
Shiki



¡Un relámpago!
Ayer al este
         hoy al oeste
Kikaku



Todas mojadas
inclinadas
           peonías bajo la lluvia
Basho

Bajo la lluvia de verano
el caminito
                  ha desaparecido
Buson



Bajo la lluvia de verano
las hojas del ciruelo
        tienen el color del viento fresco
Saimaro



Desnudo
sobre un caballo desnudo
        bajo la lluvia torrencial
Issa



Chaparrón de verano-
los gorriones del pueblo
         se abrochan a las hierbas
Buson

Tan rudamente cae
sobre los claveles
               la lluvia de verano
Sampu



Delicia
de atravesar el río
              ¡sandalias en mano!
Buson



En el silencio
antes de que lleguen los huéspedes
                      las peonías
Buson



En la luz que encendemos
las sombras de las muñecas
            una para cada una
Shiki


El sauce
contempla al revés
la imagen del faisán
Kikaku



Para ustedes también pulgas
la noche es larga
           larga y solitaria
Issa



Camino en la vastísima landa
las altas nubes
         pesan sobre mí
Buson



Un hombre
una mosca
        en la enorme habitación
Issa

No mates la mosca
mira cómo ella tiende
    hacia ti las patas
Issa



Matando moscas
empiezo a desear
            aniquilarlas a todas
Seibi



Cigarras de los pinos
¡cómo las hacen gritar
          para que venga mediodía!
Issa



Insectos de verano
caen muertos
               sobre mi libro
Shiki

Se ve la brisa de la mañana
soplar los pelos
               de la oruga
Buson



El altar de Buda está apagado
la habitación quedó en manos
             de las muñecas
Gyodai



Un ligero cabeceo-
se detiene la mano que agitaba
el abanico
Taigi



La mujer sin niños
¡qué tierna es
              con sus muñecas!
Ransetsu

Tomando fresco en el puente-
la luna y yo
permanecemos solos
Kikusha-ni



¡Ah, el cucú!
escucharé el resto del canto
             en el país de la muerte
Aon



Muy próximo a ser Buda
perezosamente sueña
el viejo pino
Issa



La serpiente se esquivó
pero la mirada que me echó
          permanece en la hierba
Kioshi

¡El sapo!, se diría
que va a vomitar
           una nube
Issa



Cuando el chaparrón que pasa
cae sobre las hojas nuevas
         las ranas gritan
Rogetsu



Al caracol
un cuerno largo el otro corto
      ¿qué lo entristece?
Buson



¿Cuándo vino
tan cerca de mío
       este caracol?
Issa
Mi casa natal-
la cara del caracol
      es la cara de Buda
Issa



Una trucha salta
las nubes se agitan
              en el lecho del torrente
Onitsura



Bosque de verano
un hombre entra en él
        y desaparece
Shiki



¿Era una flor, una baya
   lo que cayó al agua
             dentro del bosque de verano?
Buson

Amanece
la boca del sapo
        exhala la luna
Shiki



El niño perdido
llora y llora
         pero corre hacia las luciérnagas
Ryusui



Apártate, por favor
y déjame plantar este bambú
¡oh sapito!
Chora



Nada dice
  en el canto de la cigarra
          que se acerca su fin
Basho

Marchitas las peonías
partimos
        sin pesar
Hokushi



Sobre el mar muy lejos
¿adónde va
          el viento verde y brumoso?
Joso















OTOÑO






















El comienzo del otoño
  decretado
       por la libélula roja
Shirao



Sopla el viento de otoño
estamos vivos y podemos vernos
        tú y yo
Shiki



Noche larga
el ruido del agua
         dice lo que pienso
Gochiku



Hace más frío
ningún insecto
          se acerca a la lámpara
Shiki

Solitario otoño-
un suspiro ¡ah! el sonido lejos
            de una campana
Yusui



Después de contemplar la luna
mi sombra conmigo
volvió a casa
Sodo



El viento del otoño hace furor
pero alto en el cielo
           las nubes están inmóviles
Rogetsu



En el claro de luna
los espantapájaros tienen aire de humanos
                    tan lamentables
Shiki

La luna en su esplendor-
como si no hubiera nada de especial
             el espantapájaros
Issa



Entre la luna que se va
y el sol que regresa
          las libélulas rojas
Nikyu



Bajo la luna otoñal
 las alas de la libélula
                inmóviles
Moen



Brillante luna-
ningún lugar sombrío
         donde vaciar el cenicero
Fugyuko

Contemplando la luna-
uno la mira y se esconde
uno la olvida y aparece
Chora



De cuando en cuando
las nubes les acuerdan una pausa
         a los que miran la luna
Basho



Perseguida
la luciérnaga
            se esconde de la luna
Ryota



¿Es la luna
que gritó?
          ¡El cucú!
Baishitsu

Uno escucha los insectos
y las voces humanas
         con oído diferente
Wafu



Libélulas
en un pueblito apacible
            es mediodía
Kyoshi



¡La luna menguante
sobre cuatro o cinco personas
          que bailan!
Buson



Hacia la balaustrada
suben las sombras
             de los crisantemos
Kyoroku

Profundo otoño-
mi vecino
       ¿Cómo vive?
Basho



Transido
de pobreza él
        esta mañana de otoño
Basho



Crisantemos blancos
crisantemos amarillos-
            ¡que no haya otros nombres allí!
Ransetsu



El crisantemo blanco-
ni la mínima impureza
             al encuentro del ojo
Basho

Soñando cada año
con los crisantemos
soñado por ellos
Shiki



Ante el crisantemo blanco
las tijeras un instante
                    dudan
Buson



Cultivador de crisantemos
eres el esclavo
         de los crisantemos
Buson



Crisantemos en flor-
flota también en el aire
           un olor a orina
Issa

Visita al cementerio
la niña más joven
lleva la escoba
Issa



Visita al cementerio
el perro mas viejo
    inicia la caminata
Issa



La montaña se oscurece
tomando el púrpura resplandor
     de las hojas de otoño
Bu



De pie
entregando su espíritu
              el espantapájaros
Hokushi

Incluso en mi madurez
ante el espantapájaros
            siento vergüenza de mi
Issa



Los gorriones vuelan
de espantapájaros
a espantapájaros
Sazanami



Incluso ante su majestad
el espantapájaros no se quita
      el sombrero de paja
Dansui



En este mundo efímero
el espantapájaros también
 tiene nariz y ojos
Shiki

El frío
¿De dónde viene
oh espantapájaros?
Issa



De todas las cosas
la más estúpida
       es el espantapájaros
Shiki



El espantapájaros lejano
iba conmigo
         mientras yo caminaba
Sanin



¿Con qué voz cantarías
y cuál canción arañita
en la brisa de otoño?
Basho


Sobre la hoja de loto
el rocío de este mundo
       se retuerce
Issa



Este mismo paisaje
oye el canto
                  y ve la muerte la cigarra
Basho



Agonizantes
y aún más ruidosas
        las cigarras de otoño
Shiki



¡Qué bella y enorme
esa castaña
          inalcanzable!
Issa

Al pelar una pera-
tiernas gotas
se deslizan a lo largo del cuchillo
Shiki


Juntando champiñones
mi voz
    se vuelve viento
Shiki



Hojas secas
venidas de otra parte en remolinos-
es el fin del otoño
Shiki



Bajo esta lluvia
caminar en la hierba
          sumergido
Buson

Pero el agua se escurre
se transforma en la noche
          de cada campo
Buson




















INVIERNO























La cara de la luna
doce años de edad aproximadamente
                diría yo
Issa



Poca gente-
una hoja cae aquí
otra allá
Issa



Uno las barre
después las deja
       las hojas secas
Taigi



Dos hojas secas sumergidas
yacen sobre una roca
    en el fondo del agua
Joso

El viento del invierno
los ojos de los gatos
             parpadean
Yaso



La lluvia del invierno
muestra los que nuestros ojos ven
como si fuera algo antiguo
Buson



Al grito del faisán plateado
que no puede dormir
la luna se hiela
Kikaku



Un fuego mortecino-
pero de pronto la cacerola
        se pone a hervir
Buson

El recolector de nabos
muestra el camino
      con un nabo
Issa



Desolación invernal
en un mundo de color uniforme
el ruido del viento
Basho



La ráfaga de invierno
se mete entre las cañas
       y se calma
Basho



La ráfaga no deja
que la lluvia de invierno
toque el suelo
Kyorai

En la landa de invierno
la voz que grita tras un caballo
forma parte de la tormenta
Kyokusui



La luna al alba
los chorlitos de la orilla
     se dispersan a lo lejos
Chora



Cómo están de ocupadas
sobre el mar en la lluvia
 las altas velas henchidas de viento
Kiorai



Llovió bastante
para que el rastrojo en los campo
se vuelva negro
Basho

Las hojas que caen
se aplastan una sobre otra
la lluvia golpea la lluvia
Gyodai



Las noches de los hombres de antaño
fueron parecidas a la mía
          esta noche de fría lluvia
Buson



¿Quién cuida allá lejos
la lámpara todavía encendida?
   lluvia fría de medianoche
Ryota



Tocando el tambor
y bebiendo las gotas de lluvia
    en mi cara
Raizan


En el claro de luna helado
unas piedritas
gritan bajo los pasos
Buson



Estas mismas montañas
mi padre las tuvo ante los ojos
en el solitario invierno
Issa



Desolación invernal
en el fuentón de agua llovida
se pasean los gorriones
Taigi



Noche de invierno
sin motivo
              escucho a mi vecino
Kikaku

Mis huesos mismos
sienten los cobertores-
          noche helada
Buson



Mientras distribuimos
las lámparas en los cuartos-
¡el grito del ciervo!
Kyoshi



Ruido de una rata
rasguñando un plato-
¡qué frio!
Buson



Muerta ya la araña
¡La solitaria
 noche fría!
Shiki

Apreté el braserito
contra mí
pero mi corazón estaba lejos
Buson



Fuego de carbón de leña-
nuestros años pasan
             de la misma manera
Issa



Primera nevada-
las hojas de los narcisos
dobladas apenas
Basho



Las luces del palacio
están más débiles
         esta noche de nieve
Shiki

Sobre landa y montaña
nada se mueve
      esta mañana nevada
Chiyo-ni



No hay más cielo ni tierra
sólo la nieve
    que cae sin fin
Hashin



¡Qué hermoso
el cuervo casi siempre odioso
esta mañana de nieve!
Basho



Mientras las aves
dormían
    la pesada nevada
Kien

Bajo el viejo paraguas
vive escondido
el vespertillo
Buson



La nieve que vimos caer
¿Es otra
            este año?
Basho



Pienso que es mi nieve
sobre mi sombrero
   y parece más liviana
Kikaku



Un paraguas-uno solo-
está de paso
           esta tarde de nieve
Yaha

Cuando nos detenemos
en el camino de la tarde
              la nieve cae con más insistencia
Kito



Sí, sí, gritaba yo
pero a la puerta pesada por la nieve
    seguían llamando
Kiorai



Contemplando la nieve
desaparecen uno a uno
 entre los copos que caen
Katsuri


El delgado agujero
hecho al orinar
       en la nieve ante la puerta
Issa


Y ahora
¡vayamos a contemplar la nieve
   hasta caer de agotamiento!
Basho


El año se va-
yo oculté a mi padre
mis propios cabellos grises
Etsujin



En esta noche oscura
el bloque del calendario
   llega a su fin
Buson



Como uno de nosotros
el gato allí
     despidiéndose del año
Issa

Marcha nocturna
la nieve cae
          en un adiós al año
Shara



Como apartando con
el pie lo que fue
sin mirar hacia
atrás
              el año se va
Senkaku